El uso de la deuda por parte de Cushman & Wakefield (NYSE:CWK) podría considerarse arriesgado
Howard Marks lo expresó muy bien cuando dijo que, más que preocuparse por la volatilidad del precio de las acciones, "la posibilidad de una pérdida permanente es el riesgo que me preocupa... y que preocupa a todos los inversores prácticos que conozco". Así que puede resultar obvio que hay que tener en cuenta la deuda cuando se piensa en el riesgo de una acción determinada, porque demasiada deuda puede hundir una empresa. Observamos que Cushman & Wakefield plc(NYSE:CWK) tiene deuda en su balance. Pero la pregunta más importante es: ¿cuánto riesgo genera esa deuda?
¿Qué riesgo conlleva la deuda?
La deuda y otros pasivos se convierten en un riesgo para una empresa cuando no puede cumplir fácilmente esas obligaciones, ya sea con flujo de caja libre o mediante la obtención de capital a un precio atractivo. En última instancia, si la empresa no puede cumplir sus obligaciones legales de reembolso de la deuda, los accionistas podrían quedarse sin nada. Sin embargo, una situación más habitual (pero igualmente cara) es aquella en la que una empresa debe diluir a los accionistas a un precio de acción barato simplemente para tener la deuda bajo control. Sin embargo, al sustituir a la dilución, la deuda puede ser una herramienta extremadamente buena para las empresas que necesitan capital para invertir en crecimiento con altas tasas de rentabilidad. El primer paso a la hora de considerar los niveles de endeudamiento de una empresa es considerar conjuntamente su tesorería y su deuda.
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¿Cuál es la deuda de Cushman & Wakefield?
El siguiente gráfico, en el que puede hacer clic para obtener más detalles, muestra que Cushman & Wakefield tenía una deuda de 3.200 millones de dólares en septiembre de 2023; aproximadamente la misma que el año anterior. Sin embargo, como tiene una reserva de efectivo de 588,2 millones de dólares, su deuda neta es menor, de unos 2.610 millones de dólares.
¿Cuál es la solidez del balance de Cushman & Wakefield?
Según el último balance, Cushman & Wakefield tenía pasivos por valor de 2.220 millones de dólares con vencimiento a menos de 12 meses y pasivos por valor de 3.790 millones de dólares con vencimiento a más de 12 meses. Como contrapartida, disponía de 588,2 millones de dólares en efectivo y 1.870 millones de dólares en cuentas a cobrar con vencimiento a menos de 12 meses. Por tanto, su pasivo supera en 3.560 millones de dólares la suma de su tesorería y sus créditos a corto plazo.
Si tenemos en cuenta que este déficit supera los 2.430 millones de dólares de capitalización bursátil de la empresa, nos sentiremos inclinados a revisar atentamente el balance. Hipotéticamente, sería necesaria una dilución extremadamente fuerte si la empresa se viera obligada a pagar su pasivo mediante una ampliación de capital al precio actual de las acciones.
Medimos la carga de la deuda de una empresa en relación con su capacidad de generar beneficios examinando su deuda neta dividida por sus beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones (EBITDA) y calculando con qué facilidad sus beneficios antes de intereses e impuestos (EBIT) cubren sus gastos por intereses (cobertura de intereses). Así pues, consideramos la deuda en relación con los beneficios tanto con gastos de depreciación y amortización como sin ellos.
Una débil cobertura de intereses de 0,85 veces y un inquietantemente elevado ratio de deuda neta sobre EBITDA de 6,9 golpean nuestra confianza en Cushman & Wakefield como un puñetazo en las tripas. La carga de la deuda es considerable. Peor aún, el EBIT de Cushman & Wakefield se redujo un 65% en el último año. Si los beneficios se mantienen así a largo plazo, no habrá ni una bola de nieve en el infierno para pagar esa deuda. Cuando se analizan los niveles de deuda, el balance es el lugar obvio para empezar. Pero son los beneficios futuros, más que nada, los que determinarán la capacidad de Cushman & Wakefield para mantener un balance saneado en el futuro. Así que si se centra en el futuro, puede consultar este informe gratuito que muestra las previsiones de beneficios de los analistas.
Pero nuestra última consideración también es importante, porque una empresa no puede pagar la deuda con beneficios sobre el papel; necesita dinero en efectivo. Así que siempre comprobamos qué parte de ese EBIT se traduce en flujo de caja libre. Si nos fijamos en los tres últimos años, Cushman & Wakefield registró un flujo de caja libre del 44% de su EBIT, que es más débil de lo que cabría esperar. Esa débil conversión de efectivo hace más difícil manejar el endeudamiento.
Nuestra opinión
A primera vista, la cobertura de intereses de Cushman & Wakefield nos hace dudar del valor, y su tasa de crecimiento del EBIT no es más atractiva que un restaurante vacío en la noche más concurrida del año. Pero al menos su conversión de EBIT a flujo de caja libre no es tan mala. Tras considerar los datos comentados, pensamos que Cushman & Wakefield tiene demasiada deuda. Ese tipo de riesgo está bien para algunos, pero a nosotros no nos convence. Dada nuestra preocupación por los niveles de endeudamiento de Cushman & Wakefield, parece prudente comprobar si las personas con información privilegiada se han deshecho de las acciones.
Si, después de todo esto, está más interesado en una empresa de rápido crecimiento con un balance sólido como una roca, entonces consulte nuestra lista de valores de crecimiento de efectivo neto sin demora.
La valoración es compleja, pero estamos aquí para simplificarla.
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